Ya sabemos que el lenguaje y la cultura van de la mano, pero ¿se puede manipular para establecer el poder sobre las personas?
1. Enfoques conceptuales del poder del idioma como tal
Existen varias teorías respecto a cómo se manifiesta el poder y cómo el idioma contribuye a ello.
Un ejemplo de las diferentes formas en que se puede definir el “poder” y cómo se ve afectado por el lenguaje es la política. Cuando los políticos se dirigen a un público, muchas veces apelan a la audiencia hablando de las cosas que tendrán el “poder de hacer”. Sin embargo, a la hora de la verdad, lo que realmente les afecta es el “tener poder sobre algo” y la capacidad de controlar la forma en que se hacen las cosas a su favor. El poder también puede definirse como quién controla la economía y el gobierno y tiene acceso a los medios de castigo o controla los recursos básicos. Esto puede modificarse por medio del lenguaje.
2. Relación entre el poder y el idioma
El idioma en sí mismo no tiene poder, pero puede revelar el poder intrínseco en el hablante o reflejar el poder histórico de la comunidad que utiliza la lengua.
El inglés no tiene ningún tipo de superioridad lingüística, pero ha obtenido poder debido a que es un lenguaje internacional. Muchas personas deciden aprenderlo por las oportunidades que les brinda y las puertas que se les abren. Hay muchos ejemplos en todo el mundo en donde las personas que hablan otra lengua, a pesar de ser del mismo lugar, son “los otros”, un ejemplo de ello es la actual división en España entre los que hablan castellano y los que hablan catalán. Otro ejemplo de que la lengua establece el poder es el sexismo lingüístico. Al ser los idiomas generalmente masculinos, se perpetúa el sexismo.
3. El idioma revela el poder
Cuando alguien lanza una amenaza, no es la lengua en sí misma la que supone una amenaza, sino la acción prometida.
La lengua y la cultura van de la mano ya que se desarrollan al mismo tiempo. ¿Qué ocurre cuando una nación tiene todo el poder para amenazar pero puede hacerlo sin ser explícita ni violenta? El lenguaje utilizado no tiene que sonar amenazante para que el mensaje sea claro, ya que el lenguaje se utiliza para revelar el poder del hablante. Cuando alguien tiene un cuchillo y declara una amenaza evidente, el poder reside en su capacidad de causar daño y comunicarlo de forma creíble.
4. Terminología del poder del idioma
Hay poder implícito en darle un nombre a algo y ser quien lo nombra.
Una buena manera de ilustrar el poder implícito en la terminología es la forma en que los medios de comunicación y la política la utilizan para controlar la percepción. Una forma popular de conseguir que la gente apoye una creencia es llamarla guerra. Piensa en Reagan y su “guerra contra las drogas” y en Bush y su “guerra contra el terrorismo”. Idearon un concepto integral y consiguieron que la gente los apoyara al idear un nombre que inspirara temor en los corazones de las personas. Una vez que se encuentra un término para denominar algo, se crea una idea que puede ser sostenida y manipulada.
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